CONFESIONES. Tomado de A PULSO DE MUJER
CONFESIONES
Busco la forma de
disolverme
en tu boca
perfecto manjar
pero en el atardecer de
mis días
los años aparecen
ajusticiando mis dudas
mientras miro tu joven
sonrisa
invitándome a esa cena
que nunca se hará en mi
nombre.
Busco con afán abrigo en tus músculos
me renuevo cada día
me zambullo entre tus
tejidos
alma coartada
y rechazo la ruta en
medio de remolinos.
Deseo migrar e
internarme en tus caderas
deambular entre tus
pupilas
paraíso terrenal
pero sigo sujetándome
del viento
entre peñascos y un
irremediable candor.
Aguardo el día,
el momento en que pueda
lucir tu vestido
emulando tu piel
matizada por la noche
perseguirte con la yema
de mis dedos
sin prisa
lentos
como lentos mis días
mis pesares.
Me cuesta entender el
irremediable palpitar
que llega a mí en un
corcel de auroras
y logro salir de
aquellos profundos vacíos
llevando a cuestas este
dolor sin consuelo.
Aprendo de memoria tu
sombra
en medio de la tarde
y la adhiero a mis
pulmones
para respirarla cada
que el ahogo azote mi cuerpo,
girasol de cara a mi
vida solo cuando llega la noche.
Y tarareo una canción
de la cual no sé el origen
notas incesantes
que han brotado de tu
boca
racimo de luces para
iluminar mi tragedia.
Entre tanto, llamo al
fuego para quemar mis labios
busco la daga para
cruzar mi pecho
pero tu cuerpo se talla
en el mío adolorido.
Me cuesta levantar el
vuelo
después de un ancho
sueño bordeando tus vértebras
y sentir tus entrañas
agigantadas a mi lado.
-
Quisiera
quedarme.
Conozco las quejas que
anteceden este canto,
gracias a ellas
me eternizo en tus
blancas
cálidas y bondadosas
manos
me abandono en tu risa
cultivando un puñado de
aromas en mi jardín para cuando decidas volver.
No bastan los reclamos
al destino
el azar siempre
engañoso
azar por el cual
emigramos
a otro lugar
lejos de sometimientos
donde se habilitan
nuevos rumbos que no nos pertenecen
pero le das impulso a
mis agonizantes deseos
con tus ajenas e
inocentes insinuaciones
y te alojas en mi
garganta husmeando
amenazando con anclarte
para siempre en mi costado
árida tierra
cuerpo borrascoso que
se quiere hacer coraza
y me empujas con ardor
infinito
sin entender tu vicio
enceguezco, arropada en
tu regazo
bebiendo tus
movimientos
tratando de adivinarlos
uno a uno.
Hago vigilia para
resguardar tu nombre
temo que al despertar
el recuerdo de tu beso haya escapado para siempre
y entonces ¿cómo
respondería al tiempo?
Espero una vez más que
tus dedos resbalen en el revés de mis cansadas rodillas.
Bordeo con mi lengua tu
fina espalda mientras habitas mis párpados
con la leve caricia de
tu de tu nariz.
Pasas tus manos tibias
por mi cabello
por esos pliegues de mi
cuerpo señalados por el tiempo inclemente
a tu amaño como si
fueras su único dueño.
Ese erotismo tan bello
ResponderEliminar"Bordeo con mi lengua tu fina espalda mientras habitas mis párpados
con la leve caricia de tu nariz."
Gracias
Si. El erotismo tiene un lugar en la poesía o al revés. Da igual, ambas nos conducen al mismo lugar.
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