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Mostrando entradas de noviembre, 2015

A LOS NIÑOS Y JÓVENES. A manera de invitación. Octava entrega

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A LOS NIÑOS Y JÓVENES La palabra te salpica ahora que buscas el rumbo de tu existencia.  Extiende pues los brazos y no temas volar, sólo necesitas tener abierto el corazón, el alma mirando al cielo, la mente y la piel dispuestos a la comunión real con la imaginación y este encuentro lo proporcionan los cuentos, las historias conferidas al olvido, las hazañas, las cimas donde descansan los héroes de otras infancias, no menos lejanas.  Abre un libro y permite que los encantos que amparan otros reinos, visiten tu almohada e impregna tus ropas de luces, flores, perfumes de otros mares y bosques que esperan por ti, por tus labios. No le niegues a un libro la oportunidad de ser acariciado, no lo dones por completo al tiempo, da un respiro a los  seres de muchas estancias: sultanes, hadas y duendes y revive sus sentires y andares, monta sus corceles y toma sus espadas. Frota de nuevo  la lámpara mágica y pide tres deseos, enrédate en la voz del fantasma y cruza las paredes

LA POESÍA COMO JUEGO DE PALABRAS. A manera de invitación. Séptima parte.

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LA POESÍA COMO JUEGO DEL PALABRAS Cuando las emociones y los arrebatos se desfiguran, nacen canciones irremediables, historias incalculables e inexistentes y poemas de tantas esferas que ni la humanidad entera, puede igualar.  De una u otra forma, no podemos desconocer que la palabra por sí sola, es un poema. Quiero hablar de la poesía como tejido de letras interminables, alimento que vivifica el alma y bebida que refresca la razón.  Abecedarios que se juntan para acercar países, personas de diferentes planos, patrias y generaciones. Debo reconocer que la dinámica de la poesía se descubre en los objetos, en cada gesto, en las calles más rubias, los parques, los cisnes, las calles viejas, los corredores, las luces, la danza, los fogones de leña, los campos, el sonido, el espacio, la vaguedad; en la necesidad de decir y ser escuchado y todas las cosas que sugieren una mirada plena y armoniosa. Y aunque a veces el silencio sea la única flor abierta, las pa

RECOBRANDO EL VALOR DE LA PALABRA. A manera de invitación. Sexta parte.

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RECOBRANDO EL VALOR DE LA PALABRA Para muchos la palabra ha sido la flecha que se lanza y nunca regresa, ha representado la maldición, el hechizo y el engaño.  Para otros, la palabra no alcanza a definir las cosas más inquietantes del universo, sus enigmas y secretos.  Es verdad que la palabra es poco para expresar las sensaciones que surgen de la muerte y el dolor; sin embargo, por tiempos también ha servido de conjuro, llamado, súplica, plegaria y oración.  Es la palabra la que permite engrandecer el ritual, los momentos, las festividades y las caminatas de los hombres que cruzan senderos en noches de luna llena.  La palabra reúne, alivia el llanto de los niños, alienta, acerca a los habitantes de unos y otros poblados sin importar la distancia; además es un espejo. Hay palabras que calman el dolor, la ira y el desasosiego. Otras sirven como estimulantes de la creatividad, la locura y la alegría en hombres y mujeres de cualquier credo.  La palabra es un remedio

A NUESTROS PADRES Y MADRES. (A manera de invitación) Quinta parte.

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A NUESTROS PADRES Y MADRES Invito a los padres que aman la lectura y abogan por un mundo de poesía, para que se unan a una tarea que sólo deja satisfacciones y corazones propicios para la fantasía y la contemplación como ventana hacia el cosmos. Busco madres que quieran armonizar con la tierra y junto a sus hijos aprendan a conjugar el verbo amar, que recreen este inmenso cancionero de historias pasadas, décadas alternas y siglos allegados.  Madres que estén convencidas de que la lectura trae recompensas y así, acaricien las noches de sus hijos con un cuento viajero. Se requiere un papá que provoque con su ternura una actitud especial y espacial en los niños frente a la lectura como vía explorable de sensaciones lúdicas. No podemos condenar a nuestros niños al olvido, ellos extrañan la lectura cotidiana después de cenar, cuando sus padres se arriesgan a la niñez y conducen a sus hijos por el camino de lo posible o lo irreal.  Es la hora del retorno, de recobr

AL PRINCIPIO FUE EL VERBO. A manera de invitación. Cuarta parte.

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AL PRINCIPIO FUE EL VERBO El acercamiento que he tenido con los niños de todas las edades, me ha llevado a la reflexión y al reconocimiento de toda la grandeza y el espíritu que habita en ellos, quienes disfrutan plenamente de la música en la palabra y la tinta; reto florido, amoroso y pleno que nos conduce hacia la libertad. Son los niños y los jóvenes quienes reclaman la narración de hechos paradisíacos, anécdotas y cuentos de las cavernas y bosques encantados. Considero que la tradición oral es una vía para la promoción de la lectura en sus inicios y una fuente de memoria sociocultural. En esta misma medida, es grato sentir la mirada de nuestros jóvenes cuando escuchan las voces procedentes de las páginas más rubias y polvorientas, ancladas en el tiempo; una luz se percibe en sus ojos y se disparan alertas con un solo propósito: disfrutar. La tradición oral despierta la imaginación, conduce hacia la creación y aproximación a lo mítico y legendario, a

A MANERA DE INVITACIÓN. Tercera parte. (Para quienes amamos la literatura y queremos que sea amada por nuestros niños)

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No podemos desconocer el perfume del encanto y renunciar a las frases que se juntan bajo un árbol de dudas y alegrías.  Es oportuno enderezar nuestra mirada y volver a las hadas, los duendes, los hombres de la selva y de los montes hombres que se posan junto a las ventanas, princesas de tiempos lejanos que visitan nuestros cuartos y príncipes que vienen con los labios frescos para besar la tarde. Todo es posible porque desde pequeños y por siempre hemos sabido de las manzanas, los cabellos dorados, las noches tormentosas, los espejos que hablan, los seres del bosque y las zapatillas luminosas.  Es hora de recobrar el mejor sabor, las mieles de la niñez, el maravillarse sin miedo, sin que sea tarde. Este, amigo mío, es un llamado a la lectura de pasajes hasta ahora irreconocidos, abandonados abruptamente en hojas sueltas y olvidadas, revivir los encuentros de otros días, pintar de nuevo castillos y explorar mares, vestir los trajes con lentejuelas y canutillos, mo

A MANERA DE INVITACIÓN. Segunda parte.

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Vivir la literatura es una acción que nos une y nos acerca más a la tierra y a los sabores del mundo circundante, sin límites ni medidas;  realizando este acto de fe, es como sembramos en nuestros niños y jóvenes el amor por las letras que ruedan por los cabellos de los libros como si quisieran ser peinadas.  Para hablar de proezas y amantes, tenemos que contar con este tiempo que el hombre desconoce y sin embargo es poco, pero si existe el deseo es maravilloso traspasar el horizonte, no importa que nos incorpore por completo y es cuando procedemos a transportar nuestras batallas y hazañas en el maletín donde llevamos puesto el corazón, hasta llegar al lugar de siempre; allí fácilmente, nos acomodamos y con una voz suave y sutil, emprendemos el viaje hacia lo latente, lo oculto, lo insólito y elementalmente mágico, despertando así la curiosidad y el encanto de unos seres que sólo quieren palmotear la historia. En medio de este abrazo infinito, el escritor predic

A MANERA DE INVITACIÓN. PRIMERA PARTE.

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La palab ra es un  milagro y  pronunciarla es la reivindicación del hombre con la historia y la vida, esta última entendida como ese breve espacio de tiempo que tenemos para recrear las figuras y los encuentros. Deletrear pasajes, hurgar en la memoria, caminar entre destellos de luz, emular los cantos de las aves y nacer con cada aurora, es una forma de reconocernos como navegantes en este gran mar de posibilidades; de esta manera, surge la idea de decir o repetir las cosas que volaron hacia otros tiempos y sin embargo se extrañan. El ser humano muchas veces es sorprendido por una ola de desmesura y visiones que le otorga la vida como muestra de aceptación; así es como en algunas personas se siembra la idea de escribir una historia donde se recojan en una sola voz, todos los sentires, pesares y pensares; de ahí que cuando leemos, nos estemos untando de placeres ajenos, misterios de otras tierras y caudales infinitos. Para que el planeta sea tranquilamente habitado e

ME DECLARO EN AZUL. Tomado de: MIS POEMAS AZULES

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      SERÉ POR SIEMPRE MUJER DE AZULES BUSCANDO INFINITOS. MUJER DE PRECIPICIOS MIEDOS, ANCHURAS Y EXCESOS ALEGRÍAS, POEMAS REVOLTOSOS Y LIBERTADES SECRETAS. MUJER DE TRAVESÍAS PRESTA A LOS SUEÑOS CON LAS ALAS SIEMPRE EXTENDIDAS Y EL ALMA PUESTA EN LAS ESTRELLAS. SERÉ POR SIEMPRE BUSCADORA DE VERSOS BAILARINA EN TIEMPOS Y VERBOS NO CONJUGADOS AÚN LOS QUE NO ESTÁN ESCRITOS PERO QUE A MI AMAÑO INVENTO. AQUÍ ME TIENES ASÍ SOY LLENA DE VIDA AÚN DESPUÉS DE CADA MUERTE. ASÍ SOY MUJER DE ENTREGAS, MARES Y MONTAÑAS CIELOS, PLAYAS, FLORES DE LO SENCILLO Y LO TRIVIAL LA MAGIA Y EL ALBOROTO ASÍ SOY ASÍ SERÉ POR SIEMPRE MUJER DE AZULES BUSCANDO INFINITOS. Tomado de: DE  MIS POEMAS AZULES

Imagen. Sembrador ataviado.

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RENOVACIÓN.

Sobr e la hamaca llena de hojas el lince tras la red intensa del otoño se tiende. Renueva sus pasos mirando al infinito, se mece socorrido por el viento. Espera que una voz arcana lo acerque a una estación más joven. Mientras tanto revuelve una copa que alicora sangre y delirios haciéndolos más intensos y demoledores. No pierde la esperanza, sueña que tiene sus bolsillos llenos de flores. Tomado de: SOLSTICIO

¿POR QUÉ ESCRIBO? LAS PALABRAS Y YO

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Esc r i bo p o r que a tr avé s d e l a le tra s u e ño,   m e l i b e ro, r e i nv e nto mi s luc has, hago predicciones acerca de m i f u t u ro,   transformo  l os lu gar e s que p i so; conjugo los verbos  que más amo en los tiempos que me  habitan aunque no sea el día y los modifico ,   pued o hacerme vida en   otros cue r p os,   hago r e a l i d ad   f a nta s í a s a m i a m año; r e c r e o m i s d í a s m i nuto a m i nuto   y m e r e nomb r o sie mp re que q u i e ro, remolineo entre  vientos, me hago sur, norte y otras veces borrasca. Escribo porque con las palabras que pinto me consuelo, me maquillo, elijo mis trajes,  una sonrisa para cada día, escribo para ocultar  mis penas, mis dolores, desequilibrios y terquedades;    la palabra me  absuelve en la medida   en que peco.  Camino en medio de palabras por osadía y afán,  por miedo o alegría y por la convicción de  que en ellas soy yo.
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RECUERDOS Esta mañana huele a danza de palmera la  suave brisa arrastra tu olor a mar como aquella tarde cuando metaforizábamos  la playa que descubrimos nuestra a través de un poema. No hay arrepentimientos  sólo rubores, es que las cosas más íntimas suelen sonrojarnos Esas cosas que callamos brotan impensadas cuando el color de un sueño en azul nos sorprende. DE MIS POEMAS AZULES