LA POESÍA COMO JUEGO DEL PALABRAS
Cuando
las emociones y los arrebatos se desfiguran, nacen canciones irremediables,
historias incalculables e inexistentes y poemas de tantas esferas que ni la
humanidad entera, puede igualar. De una
u otra forma, no podemos desconocer que la palabra por sí sola, es un poema.
Quiero
hablar de la poesía como tejido de letras interminables, alimento que vivifica
el alma y bebida que refresca la razón.
Abecedarios que se juntan para acercar países, personas de diferentes
planos, patrias y generaciones.
Debo
reconocer que la dinámica de la poesía se descubre en los objetos, en cada
gesto, en las calles más rubias, los parques, los cisnes, las calles viejas,
los corredores, las luces, la danza, los fogones de leña, los campos, el
sonido, el espacio, la vaguedad; en la necesidad de decir y ser escuchado y
todas las cosas que sugieren una mirada plena y armoniosa.
Y
aunque a veces el silencio sea la única flor abierta, las palabras habitarán
nuestras entrañas y nadarán en nuestra cabeza haciendo o siendo poesía.
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