NIÑEZ
En lo alto de la
cascada brotan plumas de oro, bajan libres ondeándose entrecruzadas por los
rayos del sol.
Infinitas descansan
sobre la rivera.
Sus ojos de niño lo han
visto todo desde aquella tarde.
La hora
está dada, escapa de su rancho para ver caer la lluvia
dorada y florecer
estelas de diamantes que chispean sobre las aguas.
El riachuelo se hace
espejo, brillos serenan los manantiales y se clavan
en lo ancho del mar, sabe
que en algún lugar otro ser como él, visita
cascadas, ríos y océanos.
cascadas, ríos y océanos.
Cuando la tarde se
apaga corre el potro salvaje y sus manos infantiles
recogen las hojas amarillas
que como racimos de uvas cayeron desde
el cielo.
el cielo.
No pierde la fe, a
veces piensa que son migajas de oro que escapan
de lo alto para enriquecer sus
días pueriles, de cualquier manera
espera no crecer lo suficiente como para olvidar sus tempranos sueños.
espera no crecer lo suficiente como para olvidar sus tempranos sueños.
Tomado de: SUEÑOS PARA UN BUEN DORMIR
Registrado conforme a la ley
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