Al principio ella era el eje del mundo, vivía en las alturas y aún no era nada, no era nadie, no respiraba, no reía, sus párpados permanecían cerrados y desde lo hondo vigilaba sin descanso; n unca dormía, era pálida pero llena de vida... ella era la vida. Un día se cansó de tanto silencio y quiso reposar sobre la nada, poco a poco y gracias al soplo que brotaba de sí, abrió lentamente sus ojos. Habían pasado muchos tiempos y muchas épocas. Al despertar descubrió que todo había sido un sueño y quiso seguir soñando, no dudó en repetir la hazaña. Sin saber cómo, comenzó a ver seres animados en su cabeza y esto la deslumbró, estaba acostumbrada a ver solo y hacia adentro, un ancho paraje, ni siquiera se conocía a sí misma... pues estaba sola. De pronto sus horas de sueño eran más largas y asombrosamente de su cabeza, tomaban vida las imágenes y comenzó a poblar el mundo. Así fue como
Hermoso tu espacio de expresión del interior...
ResponderEliminarCon mi saludo te dejo también un abrazo.
Yeli
Gracias por venir. Serás siempre bienvenida, saludos desde esta casa. Bendiciones.
EliminarGracias por venir. Serás siempre bienvenida, saludos desde esta casa. Bendiciones.
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