Fragmento DE: SIETE CUEROS (Esas que mueven el mundo...)
Esas que mueven el
mundo viven en los alimentos de la abuela, el olor
del dulce de
brevas recién hecho, el vapor del maíz en la olla pitadora avisando la suave cocción y en los “pandequesos” acabados de hornear. Esas
que mueven al mundo habitan en las
tardes soleadas cuando de
niña
soplaba las flores secas de
diente de león, viendo
cómo
se escapaban entre el suave viento y ahora haciendo que la historia nazca pero de otros
labios, enseñando al
hijo la rutina mágica, experiencia que pasará de
generación en generación.
Esas que mueven el mundo cuelgan de los grandes recuerdos mientras nos
mecemos en el calor
de
la infancia y hacemos dormir las pequeñas hojas
con
solo tocarlas, observando con sorpresa cómo se cierran lentamente ante la caricia de la mano; por fortuna las dormilonas y mimosas hojas caen en sueño profundo solo por
un momento, disfrutamos de su aparente letargo pasajero, entre tanto corremos
buscando más hojas para
revivir los juegos
ingenuos de la infancia.
Tomado de. SIETE CUEROS
Claudia Patricia Arbeláez Henao
Colombia
Este escrito me transporta a mi infancia, gracias, mi poeta azul.
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