“La geopoesía” como una práctica amorosa debería hacer parte del ritual diario, es la apuesta a una reflexión donde se busca la unidad consigo mismo a través de la lúdica de la palabra, el vínculo con el palpitar de la tierra, la mirada del universo y en mi caso particular, la voz de la Divinidad que se revela en su creación y me conduce a ella. Este proceso se asemeja a los lazos espirituales y se abre a la Providencia como camino desde el reconocimiento del verbo en su naturaleza inaprehensible pero plena de vida. La unidad entre la poesía de las montañas y los mares, la cuna donde se mece el origen y el sendero señalado por los maestros, propician la conexión con el mundo inaccesible desde la corporeidad no como fin último y abrazan más bien el cuerpo como puente para llegar a esa epifanía que nos espera cuando se ha cruzado el umbral. Procurar el contacto físico y sensible con aquello que no se toca, con las cosas inmateriales y aquellas que se aprehenden desde la vivenci
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SOPLO DE VIDA. tomado de cuentos y otros ensueños
Al principio ella era el eje del mundo, vivía en las alturas y aún no era nada, no era nadie, no respiraba, no reía, sus párpados permanecían cerrados y desde lo hondo vigilaba sin descanso; n unca dormía, era pálida pero llena de vida... ella era la vida. Un día se cansó de tanto silencio y quiso reposar sobre la nada, poco a poco y gracias al soplo que brotaba de sí, abrió lentamente sus ojos. Habían pasado muchos tiempos y muchas épocas. Al despertar descubrió que todo había sido un sueño y quiso seguir soñando, no dudó en repetir la hazaña. Sin saber cómo, comenzó a ver seres animados en su cabeza y esto la deslumbró, estaba acostumbrada a ver solo y hacia adentro, un ancho paraje, ni siquiera se conocía a sí misma... pues estaba sola. De pronto sus horas de sueño eran más largas y asombrosamente de su cabeza, tomaban vida las imágenes y comenzó a poblar el mundo. Así fue como
MI FORTUNA
Vengo a ofrecerte mi cuerpo maltrecho señalado por el tiempo mi piel un poco ajada las manos rotas vivida y explorada para que descanses desciendas y albergues tu aliento. Te regalo mi fortuna la que he abonado mi vientre desangrado mi corazón aturdido mi hambre, mi sed mis esquinas llenas de versos tantas mudanzas en mis orillas de mar mujer de arribos llena de todo y de nada pero repleta de páramos, aguas y corales mujer de fuegos infiernos y demonios alados. Te ofrezco mi tibieza, mis arrebatos en pleno dos pechos que se abren como girasoles despuntando al sol una rosa que aflora lista para ser descubierta mi pulso mis cometas al viento lo que callo y guardo en carpetas con olor a palosanto carcomidas por el paso del tiempo. Tomado de: A VIVA VOZ Claudia Patricia Arbeláez Henao Colombia
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