NOTA INTRODUCTORIA DE: DEJACIONES

Este caminar insistente por la vida tratando de atrapar cada sensación,
hace posible que el encuentro con la palabra sea menos distante y más profundo,
es así como puedo comunicar un poco de eso efímero, trivial que me detiene en este
mundo de perfumes y formas.
Lo que hago ahora es limpiar mi alma y desvanecer aquellos entredolores
que a veces me visitan.
Después de todo recurrir a las palabras es el mejor
camino para atraer nuevas o viejas compañías, tal vez porque sirven para
conectar pieles, espacios y navegar en ellos; hablar de lo irreconocido, de
esas cosas que sólo se dejan ver desde la ausencia. Las palabras pueden justificar las noches de
sirenas y eclipses, los días estériles y fecundos,
además ayudan a soportar la ausencia, el
dolor y la desidia. Las palabras se
encuentran trepando muros, acariciando prados o subiendo volcanes, se esconden,
se ensanchan según su condición, sirven
para enmendar las promesas rotas, alivianar la carga, explorar y vencer.
A través de la palabra el alma se aligera.
Tomado de: DEJACIONES
Claudia Patricia Arbeláez Henao
Colombia
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