SUEÑO BLANCO
Sobre la gran montaña rodaban extensos y floridos
jardines.
La doncella corría como nunca buscando algo que por
cosas de la vida, había perdido aún sin conocer; de repente se encontró en un
pueblo deshabitado, las puertas y ventanas eran coloridas; puertas y ventanas
que no conducían a ninguna parte pero que al abrirlas dejaban advertir el
cielo, las nubes y toda la quietud que habitaba en las alturas y siempre
estaban acompañadas de pájaros, frutas y árboles muy verdes que brotaban del
azul celeste.
Desde allí se divisaba una delgada pero larga
carretera que cruzaba el pueblo. Esta vez el cielo y el frondoso verde eran uno
solo.
Después de abrir y pasar por la puerta más grande,
la mujer caminó hasta encontrar un corredor inmenso donde apuntaban con
intensidad los rayos del sol. Desde
allí alcanzó a ver un hombre desnudo, su
piel amarilleaba al compás de los punzantes rayos, sus huesos se dejaban
asomar, no tenía cabello y estaba sujeto al silencio; había mucha tranquilidad
en su alma y en el alma de la soñadora.
El hombre, sin hablar, le indicó un camino a seguir
sobre la gran montaña, allí encontraría un jardín colgante y una fuente
transparente que pasaba quebrando a su vez, la montaña y por supuesto, el
cielo. Caminó entonces hasta el lugar
indicado, encontrando muchos libros cubriendo el verde pastizal. De uno de ellos nacía de nuevo un rayo de
luz, las letras apenas se veían dispuestas sobre algunas hojas sin ser
descifradas, pero alcanzaba a reconocer el amor y la naturaleza en lo más
hondo. Todo era palpable y nítido, el
agua bajaba suavemente como una cascada que se precipita ante un abismo, el
hombre sin saber cómo, estaba allí, estaba en todas partes, no hablaba y la
mujer respiraba un poco más profundo que
otras veces.
Tomado de: SUEÑOS PARA UN BUEN DORMIR
Claudia Patricia Arbeláez Henao
Colombia
Curioso este relato, lleno de elementos oníricos, Claudia. Realmente parece haber sido un sueño. Tú tendrás las claves interpretativas, aunque a veces eso es lo de menos, cuando lo llevamos a la literatura. Yo soy muy aficionada a los relatos oníricos. Saluditos y sigue con ello.
ResponderEliminarAsí es mi querida Balbina, la verdad este texto hace parte de una colección de sueños por decirlo de alguna manera, llamado: SUEÑOS PARA UN BUEN DORMIR y son realmente sencillos y esrito tales como los he soñado. Gracias por estar tan cerca. Eres todo generosidad. Bendiciones.
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