PLEGARIA DIARIA


 

 

Después de muchos años en esta escuela, comprendí lo que significaba la palabra juzgar.  Esta cruzada amañada en la cuna que me abraza, me dice que hay algo que sólo se puede descifrar cuando se ha tenido el corazón roto más de una vez.

Hoy mi tarea será no reclamar, no dar opiniones ligeras ni señalar. Hoy no refutaré, no rechazaré; no seré juez ni parte. Dejaré que las cosas fluyan y sigan su curso. No llenaré mi alma de quejas y limpiaré mi cristal para ver mejor. Buscaré la forma de liberarme de mí misma por un instante, del enojo y el deseo de gobernarlo todo.

Me desprenderé de las cosas que me atan, no aceptaré la invitación de ese yo que me domina.

Mi plegaria será la humildad, reconocerme hacia dentro en un eterno brotar como la semilla que germina a pesar de los pesares.

Dejaré mi antorcha y brillaré desde mi centro.

Miraré hoy la vida sin juzgamientos- sólo por hoy y mañana veré cuál es el resultado.

Sé que hay otros seres que justo en este momento están librando sus propias batallas y eso me hace pensar que no estoy sola. 

 

El sendero del búho

Claudia Patricia Arbeláez Henao

 

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