SEPELIO
Guardo luto a las palabras muertas
a los poemas que nadie lee
a las historias que pocos cuentan.
II
Vamos tras el féretro
juntos cantando el adiós
nos siguen trompetas que despiden
la voz irreparable del poeta
cuando entre sus letras muere.
Al final del camino
después de incinerar
las cartas y los bosquejos de amor
resurgirá de las cenizas
y seguirá su rumbo
un nuevo nacimiento tal vez
quizá una próxima muerte
de cualquier forma
es dueño de sus nostalgias
alegrías y senderos.
DE LA
MUERTE A LA VIDA
Déjame huir esta tarde
arráncame las espigas
visita mis grietas hechas a pulso de hachas
destiñe mis letras indomables
borra mis líneas y cantos de fuego
y deja que siga escribiendo
en los recodos de mis renglones fugados.
Desmiembra mis palabras
desgarra mis ramas extendidas
mientras agujereas mis pisadas;
moriré por un momento
duele, pero debo rasgarme
antes de comenzar el vuelo.
Arrebata el sol
en mi pecho clavado
y déjame a oscuras
regresaré de mi sexta muerte
como otras veces
saldré de mi tumba
más dispuesta
con más cicatrices
pero llena de vida.
MI FORTUNA
Vengo a ofrecerte mi cuerpo maltrecho
señalado por el tiempo
mi piel un poco ajada
las manos rotas
vivida y explorada
para que descanses
desciendas y albergues tu aliento.
Te regalo mi fortuna
la que he abonado
mi vientre desangrado
mi corazón aturdido
mi hambre, mi sed
mis esquinas llenas de versos
¡Tantas mudanzas en mis orillas de mar!
Mujer de arribos
pero repleta de páramos, aguas y corales
mujer de fuegos
infiernos y demonios alados.
Te ofrezco mi tibieza, mis arrebatos en pleno
dos pechos que se abren como girasoles
y despuntan al sol
una rosa que aflora lista para ser descubierta
mi pulso
mis cometas al viento
lo que callo y guardo en carpetas con olor a palosanto
carcomidas por el paso del tiempo.
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