TEMPLO
TEMPLO
Siento palpitar mi corazón,
un leve cosquilleo me recorre toda
voraz y dadivosa.
A veces mi piel hierve de calor
otras veces el frío ahuyenta mi sueño.
Me descubro tan humana
tan cerca de las estrellas,
aquí... allá, en todos los lugares
fugándome de mi misma y regresando,
pero siempre con este cuerpo;
templo pálido
nido de mi amor
sostén de mis días
refugio de mis pesares
cuna de mis risas.
Ese mi cuerpo
este mi mundo
sombra del labriego
flor que se abre día tras día
luz que se expande noche tras noche.
Perecedero mi cuerpo
Eternas mi alma y mi puerta.
Tomado de: SOLSTICIO
Los templos hay que conservarlos
ResponderEliminarGracias por compartirlo
Por desgracias nuestro envase es caduco, pero siempre nos queda la eternidad del alma para compensarlo.
ResponderEliminarUn abrazo, Patricia.