MANOS

MANOS
Tus manos silvestres,
blancas, hechas nubes
exploran cada uno de mis
callejones
como alas
suaves plumas
capaces de sostener el
mundo
y alojarse por siempre
en mi espíritu.
Tus manos el delirio
plenas de susurros
donde los poemas tienen
su morada
manos de amor y sanación
hechas para el reposo
después de ser forzadas
a la lucha inclemente
de tiempos pasados
Manos que celebran la
existencia
con la caricia ante la
piel esquiva
manos que alivian
manos cálidas, de deseo y
espuma
lirios y mudanzas.
Manos que elevan y
silencian la voz
con su alcance
iluminadas y bordadas con
estrellas
puente a la devoción
manos menguantes, de
arrullos
manos en satín
donde se acunan las
pasiones
manos que hacen que
brote en lluvia
renazca la esperanza
y se sobrecoja mi piel
al ser tocada.
Claudia Patricia Arbeláez Henao
Tomado de: DE MIS POEMAS AZULES
Colombia
Un hermoso poema a las manos. Un canto al miembro que facilita escribirte. Un canto a nosotros mismos.
ResponderEliminarMauro gracias por estar aquí. Eres muy amable. Bendic iones.
ResponderEliminarMauro gracias por estar aquí. Eres muy amable. Bendic iones.
ResponderEliminarMuy hermosa, Claudia. Saludos.
ResponderEliminarGracias Balbina por tu compañía. Un abrazo fraterno.
EliminarEl poeta tiene el don de hacer versos de la nada, pero este canto a las manos me ha dejado sin manos para escribir sobre la belleza del mismo.
ResponderEliminarNauro gracias por caminar de mi mano y de la mano de la palabra. Hasta pronto.
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