RENACER.
Entro en un callejón con
o sin salida, al final
un arlequín de rostro demacrado que coagula las risas,
anuncia el final. Asisto al velorio de
mis fatigados días,
el sepulcro espera. Cruzo jardineles en busca del tesoro
donde
antes urdían los versos luego acompasados, los tiempos de
palabras con
sabor a desparpajo e incienso y con ellos
recobrar el aliento. Alojo mis nuevas horas bajo la mesa
de
cuentos para que nadie las vea, las uno a mi testamento
de flores, poemas y
plegarias al cielo; así cuando todos
se hayan ido, podré redescubrirme a mi
antojo y renacer
junto al vuelo de un violín, una cítara o un tambor dispuesto
al encuentro.
Tomado de: LAS PALABRAS Y YO
Claudia Patricia Arbeláez Henao
Colombia
Te traigo flores, pero no son por el olvido
ResponderEliminarson para que recuerdes que te amo
hoy que renaces, besos
Gracias por tus bellas palabras, por el tiempo que te tomas para leer mis publicaciones. Renacer es un excelente pretexto. ¿Verdad?
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