Claudia Patricia Arbelaèz Henao

INVITACIÓN   Ven una vez más haz de mi cuerpo un soneto recítame con tu carne escríbeme con tu pluma transítame con tus manos hasta el fin, no habrá regreso.   Deletréame con tu aliento apiádate de mis excesos tentaciones y pecados.   Salpica mi piel con tus mieles trénzame con tus besos hasta descubrir   aquella puerta que después de abierta no se cierra jamás.   Sondea suave hasta el fin de mi vestido tapízame con tu lengua busca la lúcida orquídea de siempre aletea entre estos; mis osados muslos átame con tus piernas y hazte eterno en ellas.   Bordea mis vértebras con dedos hazte luz en mi espalda apóyate en mis caderas hasta descubrir el manjar   que se esconde tras el infinito túnel.                                                                                                                                                    

ESTRATEGIA   Puedo pedir al cuerpo que no diga, no haga, no bese pero al alma… ¿Qué se puede pedir al alma   cuando una dulce presencia nos sorprende con su azul aroma?   Necesito entonteces el lenguaje para ocultarme desbordarme sin promesas   tan solo ver el día que nace   y la noche que regresa incansable   para recordarme insistente   que no tengo el permiso para soltarme y aunque mi cuerpo se debilita minuto a minuto   no hay más que una posibilidad, amarrarme a tu abrazo que un instante parece infinito; eterna fantasía.   Y al final, cuando las horas se agoten estaré limpia, habré encontrado el sosiego.   Escribir tan lento y ancho poema es tan solo una estrategia, con él quiero detener gota a gota el tiempo para que no se acabe y así en cada pausa escurrirme en tu vientre etéreo; débil cuerpo dispuesto a la guerra.   Te haces cascada para purificar mi figura, me haces lienzo y me pierdo en un