LOS NIÑOS QUE SE TRAGÓ LA TIERRA
A ciertos niños se los tragaba la
tierra.
Creo que pasó conmigo,
ahora me siento brotar de las raíces
de los árboles más antiguos,
guardadores de la palabra.
Siento heredar los sueños de la
mandrágora
hoy, corteza, madreselva
floema y ramaje
aliada de los espíritus subterráneos
entretejida en las hierbas
oráculo de barro y arena
donde se forjan todas las verdades
aliento en las profundas venas
mis vecinos; bejucos, vegetales de
anchos sueños y arbustos,
con un nicho en el subsuelo como cama
y la fuerza de una muralla verde que
brota de mis manos.
Tomado de: El sendero del búho
Claudia Patricia Arbeláez Henao
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