LA BRUJITA QUE NO SABÍA VOLAR.



Había una vez una brujita que no sabía montar en escoba,

No sabía volar

 

 

Lloraba desconsolada por ser una bruja diferente.

 

Su madre la llevó a la tienda de escobas.

 

Había escobas de colores

de motor súper galáctico

de tres velocidades

escobas mecánicas, de paja y cepillo.

            




Escobas a prueba de lluvia, de intensos rayos solares y granizo,

escobas clásicas, mágicas, barredoras, tradicionales y modernas.

 

 


 


Pero la brujita no quería volar en escoba, temía a las alturas y no le gustaba la velocidad.

 

Su padre le dijo que no se preocupara, le daría un avión, un globo o una cometa gigante, pero ella no quería volar.


Una noche soñó que viajaba por los montes, bosques y selvas en una bicicleta y que así era muy feliz.

 

Al día siguiente dijo a sus padres, que lo que quería era una bicibruja.

 



 

Sus hermanas se asustaron un poco, porque la tradición era volar en escoba como lo habían hecho de generación en generación.

 

Su abuela que era una mujer muy sabia la apoyó.

Pensó que no había problema en esto,

pues todas las brujitas no tenían que ser iguales.

Anita, era muy especial desde que llegó a la vida y esto no la haría menos bruja.

 

Después de una reunión familiar, los padres de Anita, la acompañaron al mercado popular y buscaron una hermosa bicibruja de color negro y en lugar de un sombrero de cono, llevaría un casco sobre su cabeza.


Desde aquel día Anita, fue muy y feliz y

aceptó confiada, que era única.

 

¿Cómo te imaginas la bicibruja? 

 (Dibuja)

 

Claudia Patricia Arbeláez Henao

Colombia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

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