SUEÑO DE AGOSTO
SUEÑO DE AGOSTO
Tenía una casa grande y bella, las
paredes eran
acuarios de diferentes azules y verdes, entre ellos
una gran
ventana que se abría ante la fría ciudad.
Al lado derecho de la cama descansaba un pequeño mar;
cientos de plantas
colgaban del techo y se enredaban
entre objetos, macetas y cristales.
Llevaba una vida tranquila, sin
precipitaciones y desengaños,
sólo una imagen volaba entre los seres incrédulos
que
pasaban por allí. Durante el día, el
vientre de la mujer
crecía de una forma desbordante y quienes escudriñaban
tras
las puertas semiabiertas, descubrían al anochecer
el mismo vientre totalmente
liso.
Nadie podía explicar el mundo
fecundo de aquella extraña
mujer y cada día crecían las dudas entre los
habitantes
de la ciudad, mientras tanto, ella, la de largos y rizados
cabellos,
limpiaba la casa, caía agua de más y las baldosas
parecían ríos.
El vientre de tantas dudas crecía
con la luz del sol y
se ocultaba al llegar la noche, se hacía estrella como
el
de cualquier madre y desfallecía en medio de la
oscuridad siempre que daba a luz.
Así vivió hasta la muerte, día en
el cual, niños,
hombres y mujeres, en medio del asombro descubrieron un
hermoso
delfín que jugaba en aquella, su casa y dicen que
la mujer era su madre. De día lo acomodaba en su cuerpo
esbelto para
protegerlo y al anochecer, paría sin dolor
para que habitara las aguas.
Ha pasado algún tiempo, algunos
dicen que de día el
delfín tiene un gran vientre y cuando llegan las horas
de
las tinieblas, el mismo vientre desfallece.
Tomado de: SUEÑOS PARA UN BUEN DORMIR
Claudia Patricia Arbeláez Henao
Colombia
Comentarios
Publicar un comentario